EL ASILO BILLO: Del libertinaje a la decadencia.

Por: Luis M. Caballero

El camino al fracaso de una banda lo marca el olvido, cuando la gente ya no te escucha, no compra tus discos, no suenas en la radio. La Bersuit seguramente no será olvidada nunca, pero no podemos perder de vista que existe el abismo en una carrera, la decadencia es el reflejo de la falta de creación, imaginación, inventiva y mucha pasión por lo que realizas.

Su presentación el pasado domingo en el Vive Cuervo Salón, resultó, quizás nostálgica para algunos, muy triste para otros -dentro de los cuales me incluyo- ¡ingrato! Reclamarán aquellos que como para mi, las canciones de la Bersuit marcaron el ritmo de un viernes adolescente. Desde el ¡Tomo para no enamorarme, me enamoro para no tomar!, coreada al unísono en un bar cercano al colegio; hasta el ¡Qué linda que estás, sos un caramelo! Ya instalados en la casa de algún despistado que creyó conocernos, mientras sus padres nos observan abrazados en círculo, llorando por nuestro caramelo.

Lo que no acepto es que una banda con tanto talento entre sus filas, decida venir a “complacer” a sus fans, sin mostrar nada nuevo, eso habrá que dejárselo a The Doors, Guns ‘n’ Roses o Queen, iconos que viven de la nostalgia.

Gustavo Cordera será insustituible en las filas de la Bersuit, su pasión por el canto, su entrega en el escenario, su carisma, su forma de bailar y entender la música, lo convirtieron en uno de los mejores intérpretes del rock argentino. Ahora camina en solitario, defendiendo su esencia. La Bersuit se debe de dar a la tarea de crear un nuevo estilo, con nuevas canciones, nuevos arreglos de la mano del talento de Juan Subirá, “pepe” Céspedes y Oscar Riggi. Y aprovechar las grandes voces de Dany Suárez y el “cóndor” Sbarbatti, para volver a darle vida a una historia que no se puede perder dando presentaciones tributo a Bersuit, es hora y es urgente que se renueven, que la imaginación fluya por el bien de la banda.

De lo contrario, podrán seguir haciendo música bajo su proyecto alterno llamado De Bueyes. Y esperar a que un día el destino los ponga a todos juntos de regreso sobre un escenario, eso será un gran pacto para vivir.

Por lo menos así, lo vi yo…